domingo, 15 de marzo de 2015

Juan Montalvo


Juan Montalvo
(1832-1889)
 Montalvo nace en Ambato, Ecuador, el 13 de abril de 1832 y muere en París el 17 de enero de 1889. Siendo niño fue testigo de las intransigencias políticas al ver a su hermano y tío marchar al exilio. Cursó primero estudios en el Colegio de San Fernando (1846-1848) y luego en el Seminario de San Luis en Quito (1848-1851), donde obtuvo el título de Maestro en Filosofía. Inició también estudios de jurisprudencia en la Universidad de Quito sin llegar a terminarlos. En realidad Montalvo es un autodidacta. Su formación se debe más a sus lecturas y a su experiencia europea, primero como miembro de la legación diplomática en Roma (1856-1858) y luego en PJuanarís (1858-1859). En 1859 regresa a Ecuador y desde el comienzo toma una postura activa contra la dictadura de Gabriel García Moreno. Su vocación de escritor le induce a crear una revista, El Cosmopolita (1866-1869), desde la cual difunde sus escritos, pero que le llevaría al destierro de Ambato por sus críticas a García Moreno (murió asesinado en 1875). La muerte de un tirano dio paso a la entrada de otro, Ignacio Veintenilla, y Montalvo se vio de nuevo combatiendo en pro de la libertad. Primero lo hace a través de las páginas de El Regenerador (1876-1877), más tarde con sus Catilinarias que se empiezan a publicar en el periódico La Estrella de Panamá, donde había salido exiliado, y que se recogerán luego en libro en 1880; en estos ensayos surge con fuerza su espíritu polémico, su ironía y su lucha contra la tiranía. Su oposición a la dictadura lo mantienen fuera de Ecuador, primero exiliado en Panamá y luego en Francia. En 1881 viajó a París con el manuscrito de otros libros suyos. El libro de ensayos Siete tratados, quizás la obra que mejor caracteriza la cultura de Montalvo, se publicó en 1882; los demás sólo después de su muerte (Capítulos que se le olvidaron a Cervantes, 1895; Geometría moral, 1902).
La obra ensayística de Montalvo destaca por su espíritu combativo ante la opresión, tanto social como política y religiosa. En su obra destaca el ensayo polémico. Como escritor era un purista en el uso del lenguaje y un clasicista en el estilo, pero un romántico en su amor a la libertad y en su lucha contra la tiranía (“Mi causa es la moral, la sociedad humana, la civilización […]”, dice en 1859 en carta al dictador García Moreno). Su lucha en pro de la libertad no tiene, sin embargo, la preocupación social que caracterizaría luego a los ensayistas iberoamericanos a partir del último tercio del siglo XIX. Quizás el mejor ejemplo para contrastar su estilo y preocupación con el estilo y preocupación social de la generación que le sigue, sea la lectura del ensayo “Indios” (1887) de Montalvo y “Nuestros indios” (1904) de Manuel González Prada.
Ojeada sobre América” (1866) es un ensayo más extenso y también un buen ejemplo del estilo de su prosa, de su preocupación por América y de sus conocimientos, no sólo del pasado histórico sino también de los acontecimientos del momento.

Logros y presencia de la mujer en la política liberal

Logros y presencia de la mujer en la política liberal

Con la revolución liberal,un amplio sector paso a ser objeto de preocupación y elaboración de discursos y aparatos estelas,que abrieron posibilidades para su participación en otras esferas sociales.

También, el gobierno liberal abrió cursos especiales para señoritas
en el Conservatorio Nacional de Música y en la Escuela de Bellas Artes, y
fomentó, por medio de becas, los estudios de obstetricia y el ingreso a la
Facultad de Farmacia. Estas políticas permitieron que, por primera vez en
Ecuador, se crearan fuentes de trabajo para las mujeres en el sector público,
quienes comenzaron a laborar en Quito y Guayaquil en las oficinas de
correos, telégrafos y teléfonos, el profesorado y los mandos medios de la
administración pública
Ecuador fue el primer país latinoamericano que concedió el voto optativo a las mujeres alfabeta, en la Constitución de 1929. Tal reconocimiento de ciudadanía no estuvo, sin embargo, precedido de un movimiento sufragista de mujeres que lo demandara, como ocurrió en otros países de América Latina. El único antecedente conocido es el de una mujer lojana que exigió que se la inscribiera en el registro electoral de Machala para poder votar en las elecciones de 1924, dado que la Constitución vigente no prohibía expresamente el voto femenino. Esta pionera obtuvo ese derecho tras una resolución del Consejo de Estado. Recién en 1967 el voto femenino se hizo obligatorio. 
En la época en que las mujeres ecuatorianas no podían votar, Matilde Hidalgo rompió la regla. En los comicios de 1924 concurrió a sufragar. De esta forma se convirtió en la primera mujer votante de Ecuador y en América Latina .